martes, 28 de julio de 2015

¿Por qué las cucarachas resisten la radiación?

Algo sabía Franz Kafka de la mala reputación de las cucarachas cuando decidió darle a la pesadilla de Gregor Samsa (protagonista de La metamorfosis) la forma de uno de estos artrópodos. 
Lo que resulta difícil de creer es que esta cucaracha "ya no puede caminar", incluso, aunque no tuviera marihuana que fumar, ya que estos insectos se adaptan a casi cualquier ecosistema y resisten prácticamente todo: hibernan si las condiciones no son favorables; soportan hasta un mes sin agua y, si llegan a necesitarla, pueden absorberla del medio ambiente; comen de todo, incluso el pegamento de los timbres postales; sobreviven semanas sin cabeza y terminan muriendo por falta de alimento y la cabeza, a su vez, puede sobrevivir sin el cuerpo hasta que pierde toda su energía almacenada. Además, estos bichos, de los que existen 3500 especies y por fortuna sólo 40 pueden invadir nuestros hogares, aprenden a evitar los lugares en los que hay veneno y lo peor de todo, se reproducen a un ritmo entre 20 y 50 huevos cada tres semanas.
En virtud de lo anterior, uno se pregunta: ¿será cierto que son las únicas que podrían sobrevivir a una guerra nuclear? Antes de responder, debemos entender que la radiación perjudica a los seres vivos cuando sus células se encuentran en proceso de división, del cual éstas dependen para su reproducción, crecimiento, restauración y para la sustitución de las que se han deteriorado. Las células humanas están en constante división y, por eso, somos muy vulnerables a la radiación.

Una persona puede morir si se expone a entre 400 y 1000 rads

En cambio, la división celular en las cucarachas sucede una vez por semana, cuando cambian de piel. Esto supone que, como no todas mudan al mismo tiempo, muchas sobrevivirían a una guerra atómica.

Sin embargo, la cucaracha no es el más resistente de los insectos, pues sólo aporta niveles de radiación de hasta 6400 rads, mientras que la mosca de la fruta Drosophila soporta 64000 y la avíspa parasitoide Habrobracon soporta, increíblemente, hasta 180 000 rads.

Así que, aunque nos parezcan indestructibles, irradicables y la creencia popular diga que por cada una que vemos hay 200 escondidas, es probable que las cucarachas no sean las herederas de nuestro planeta.

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